Hipertensión arterial

1929: Primer cateterismo cardíaco.

Vencedora de las leyes es la osadía

Séneca.

El primer cateterismo cardíaco fue realizado por un médico alemán. En el año 1929, el doctor Werner Forssman (Berlín, 1904 – 1979), recién graduado.

Un cateterismo en su definición más simplista, consiste en introducir un tubo (catéter, plástico, semiflexible) en el interior de una arteria o una vena con el fin de obtener información (diagnóstica) o de tratamiento (administración de fármacos, intervención). Actualmente se hacen miles de procedimientos de este tipo a nivel mundial y con fines diagnósticos y de tratamiento.

En la actualidad se colocan miles de catéteres diariamente y de manera rutinaria para tener acceso directamente al sistema circulatorio y administrar líquidos o medicamentos de forma fácil y con riesgo muy bajo.

En cardiología, la angioplastía coronaria se realiza también de manera ordinaria desde que Andreas Grüntizg realizó la primera hace 43 años, y desde entonces esta técnica se ha ido perfeccionando exquisitamente trayendo más y más beneficios: mayor eficacia y seguridad, disponibilidad y disminución de costes, mayor expectativa y calidad de vida, menor tiempo de operación, mejores materiales para realizarlo, menores tasas de complicaciones.

Sin embargo, no siempre fue así. En 1929 se pensaba que introducir objetos al corazón sería mortal, a pesar de que ya se venían realizando experimentos en animales al respecto y no habían tenido complicaciones. Para demostrar la viabilidad de esto en seres humanos, Werner Forssman decidió experimentar consigo mismo.

Realizó una disección en su brazo e introdujo una sonda vesical (usadas habitualmente para colectar orina) en una de sus venas y posteriormente, se traslado caminando a la sala de fluoroscopía (rayos X en tiempo real) para visualizar la sonda, e introdujo cerca de 65 cm de sonda hasta ver que entraba a las cavidades derechas de su corazón.

Este acto tuvo comentarios y repercusiones divididas en la comunidad médica de su país, con comentarios ofensivos y una perspectiva relativamente pobre sobre las dimensiones de este acto. Además, poco tiempo después fue confrontado por los doctores Ernst Unger y Fritz Bleichröder en una disputa por la primicia de haber realizado experimentos similares previamente.

Gracias a su atrevimiento demostró que era posible introducir objetos en el corazón con menos riesgo del que se creía en esa época. Abrió una brecha para la investigación en este campo que a la fecha deriva en mas conocimientos sobre el corazón, mismos que han permitido continuar la innovación en técnicas diagnósticas y terapéuticas en la cardiología.

Gano el premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1956, compartido con André Frederic Cournard y Dickinson W. Richard por sus aportaciones al desarrollo de cateterismo cardíaco y conocimiento de la fisiología cardíaca.

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