Conoce al asesino silencioso.
La hipertensión arterial (o presión alta), es un problema de salud pública. Es una enfermedad que afecta a más de mil millones de personas a nivel mundial.
Es relevante por su condición de factor de riesgo para enfermedad cardiovascular, que es la primera causa de muerte (17 millones / año) y de discapacidad, muchas veces prematuras, a nivel mundial. De estas, 9,4 millones de muertes son condicionadas por complicaciones de la hipertensión.
Aumenta la posibilidad de padecer infartos miocárdicos (corazón) y enfermedad vascular cerebral (hemorragia o infarto), aunque también causa insuficiencia renal terminal, ceguera (retinopatía), disección (desgarro) o aneurisma (dilatación) de la aorta, insuficiencia cardíaca, arritmias, entre otros.
Es una enfermedad que no causa síntomas en la mayoría de las personas que la padecen, de ahí su mote de «asesino silencioso», ya que es de evolución insidiosa, crónica y deletérea. Su diagnóstico puede establecerse al encontrar de forma repetida valores de presión arterial iguales o mayores a 140 mm Hg de presión sistólica y/o 90 mm Hg de presión diastólica (>140/>90).
Las medidas de tratamiento se dividen en dos grupos: no farmacológicas y farmacológicas. Las primeras consisten en: reducción de peso, dieta (baja en sodio y rica en potasio), dejar de fumar, ejercicio aeróbico, moderación en el consumo de alcohol, control del estrés.
El tratamiento farmacológico es iniciado por los médicos según su juicio, y junto con las medidas no farmacológicas, esta orientado a alcanzar las metas de tratamiento. Existen diversos grupos de fármacos antihipertensivos (que reducen la presión arterial) y la selección de estos, como la dosis, debe ser definida por el médico que evalua al paciente, acorde a su perfil clínico (nivel de presión arterial, presencia de otras enfermedades, preponderantemente).
Las metas de tratamiento (o terapéuticas): <140 de presión arterial sistólica y <90 mm Hg de presión arterial diastólica, son las cifras deseadas para establecer el control de la enfermedad. Con ello, se reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular propiciado por la hipertensión.
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Referencias con link. OMS Hipertensión Arterial, ESH/ESC Guidelines for the management of arterial hypertension.